2013/03/27

PAPA. CUANTO GANAS? La noche había caído ya. Sin embargo, un pequeño hacía gra...

PAPA. CUANTO GANAS?

La noche había caído ya. Sin embargo, un pequeño hacía grandes esfuerzos por no quedarse dormido; el motivo bien valía la pena: estaba esperando a su papá.

Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente, cuando se abrió la puerta; el niño se incorporó como impulsado por un resorte, y soltó la pregunta que lo tenía tan inquieto:

-Papi, ¿cuánto ganas por hora? -dijo con ojos muy abiertos.

El padre, molesto y cansado, fue tajante en su respuesta:

-Mira hijo, eso ni siquiera tú madre lo sabe, no me molestes y vuelve a dormir, que ya es muy tarde.

-Si papi, sólo dime, ¿cuánto te pagan por una hora de trabajo? -reiteró suplicante el niño.

Contrariado, el padre apenas abrió la boca para decir:

-Doscientos pesos.

-Papi, ¿me podrías prestar cien pesos? -preguntó el pequeño.

El padre se enfureció, tomó al pequeño del brazo y en tono brusco le dijo:

-Así es que para eso querías saber cuánto gano, ¿no?. Vete a dormir y no sigas fastidiando, muchacho....



El niño se alejó tímidamente y el padre, al meditar lo sucedido, comenzó a sentirse culpable: "Tal vez necesita algo", pensó, y queriendo descargar su conciencia se asomó al cuarto de su hijo y con voz suave le preguntó:

-¿Duermes hijo?

-Dime papi, respondió él entre sueños.

-Aquí tienes el dinero que me pediste.

-Gracias papi -susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada, de donde sacó unos billetes arrugados-. ¡Ya completé! -gritó jubiloso-.

Tengo, doscientos pesos..., ahora papá:



¿ME PODRÍAS VENDER UNA HORA DE TU TIEMPO?

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